- Guárdenos Dios de etcétera de escribano y de quid pro quo de boticario.
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Del uno porque bajo sus «etcéteras», al igual que en la letra pequeña de los contratos, se escondía con frecuencia la verdadera almendra del escrito, y del otro, porque los <<lapsus>> farmacopeicos solían costar caro al sufrido paciente.
Diccionario de dichos y refranes. 2000.